CONCLUSIÓN


Debemos admitir que quizás la ciencia nunca proveerá respuestas definitivas a las preguntas más importantes que nos hacemos. Pero aún así, como individuos y como sociedad humana, nosotros necesitamos respuestas. Al menos, leyendo estos análisis debemos decidir si queremos reducir nuestra exposición a pesticidas y cuestionar el pretendido derecho de los fabricantes de pesticidas a esparcir sus productos por nuestro suelo, agua, aire y alimentos.
Creemos que es necesario que tengamos honestidad y coherencia en nuestros actos e ideas. Hoy asistimos con desolación y tristeza a la tergiversación de la auténtica lucha de los desposeídos. Actualmente los que manifiestan son los ricos, quienes quieren acrecentar aun más sus arcas, a costa de la vida de seres humanos y especies naturales; y para colmo apoyados por aquellos que otrora se embanderaban a favor de los derechos humanos, siempre tratando de aprovechar la oportunidad, para defender sus intereses o los de aquellos a quienes les son serviles.
Pensamos que, si el gobierno no se sincera respecto del papel que juegan las multinacionales en este conflicto robándonos nuestra dignidad hasta el punto de envenenar la tierra y dejarnos sin comida, nada va a cambiar, y aunque bajen o suban las retenciones, el problema de fondo no se solucionará, ya que se continuará con las políticas económicas y sociales provocadoras de otra manera de genocidio; esta vez enmascarado en la falsa controversia de campo versus gobierno. Cuando en realidad los sojeros no representan al campo ni a los trabajadores y el gobierno no está defendiendo la soberanía alimentaria, sino que está haciendo política partidista con total descaro. Sólo si la presidenta denuncia ante el pueblo a las multinacionales y a sus cómplices que nos tienen como rehenes, únicamente de esta manera le podremos creer algo.
De otra forma tenemos que unirnos para informarnos y poder actuar con cordura y honestidad.

Recomendamos las siguientes acciones específicas que se deben tomar, tanto a nivel provincial como nacional:
1.      La eliminación paulatina del uso de los pesticidas fumigantes altamente tóxicos y de alto consumo.
2.      Asesorar a los productores agrícolas durante la transición hacia el uso de productos alternativos menos tóxicos.
3.      Definir la “dispersión de los pesticidas en el aire” de modo que incluya tanto a los pesticidas acarreados por el viento como cualquier movimiento del pesticida lejos de su sitio de aplicación.
4.      Diseñar regulaciones de fácil ejecución que sean efectivas para prevenir la dispersión en el aire.
5.      Exigir el uso de zonas amortiguadoras, rotulado y notificación para todas las aplicaciones de pesticidas.
6.      Consultar con las comunidades afectadas y crear leyes que las protejan.
7.      Exigir que los fabricantes de pesticidas financien los costos del monitoreo del aire como una condición para mantener el registro de sus productos.
8.      Trabajar con los inspectores agrícolas de los municipios para aumentar el monto de las multas, así como mejorar la aplicación de las regulaciones ya existentes.
9.      Trabajar con los inspectores agrícolas de los municipios para establecer e implementar un protocolo uniforme como respuesta al envenenamiento por pesticidas.
El programa de Riesgos Químicos del Ministerio de Salud, conjuntamente con los correspondientes departamentos de SENASA, deben:
1.      Mantener una norma de “cero dispersión de pesticidas en el aire” en el lenguaje usado en las etiquetas de los pesticidas.
2.      Incluir la exposición a los pesticidas acarreados en el aire, dentro de las evaluaciones del riesgo para todos los pesticidas.
3.      Reducir las tasas permisibles de aplicación.
4.      Emitir nuevas regulaciones, bajo la ley del Aire Limpio, para clasificar los sitios de aplicación de pesticidas como “fuentes contaminantes”.
5.      Una justicia ambiental que recibe apoyo lucha proveyendo información científica crítica sobre impactos en la salud que brinda sustento y apoyo a la experiencia vivida por las comunidades. Utilizando el principio básico de “Primero no dañar”, apoyamos es abordaje de un enfoque precautorio respecto de las reglamentaciones y restauraciones ambientales.